Las claves para entender la depreciación de un coche
Publicado el 25/10/2022
La depreciación de un coche es la pérdida de su valor que se produce desde el preciso instante en que este sale del concesionario porque ha sido vendido. A medida que pasan los años, dicha pérdida continúa incrementándose, de ahí que cada vez más personas apuesten por los coches de segunda mano. ¿Quieres saber todos los motivos que hay detrás de esta elección? ¡Sigue leyendo porque te contamos por qué un vehículo pierde tanto valor!
Depreciación de un coche: ¿por qué se produce?
La depreciación de los vehículos comienza tras cruzar la puerta del concesionario y se mantiene hasta que dejan de circular. En concreto, la venta implica una caída del 10% de su valor. Si bien es un factor que no puede evitarse, sí que se puede ralentizar, puesto que además de por el hecho de haber sido vendido, hay otros aspectos que afectan a dicha depreciación y que son los que veremos a continuación.
Edad del vehículo
La edad o los años de antigüedad del vehículo son el principal factor que determina la pérdida de valor. Esta no es aleatoria, sino que viene determinada por la Hacienda pública, que establece unas tablas con los porcentajes progresivos para cada modelo de coche y que son publicadas en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
A grandes rasgos, la pérdida de valor oscila aproximadamente entre el 15% y el 25% durante los primeros cuatro años. No obstante, la mayor o menor depreciación también se ve afectada por el uso que se le haya dado al vehículo desde la compra. Así como por la variación de la curva de la oferta y la demanda. Durante las épocas de crisis, al disminuir la demanda de vehículos, la depreciación se incrementa.
Popularidad del coche
Si bien existen tablas orientativas sobre el precio de venta de un vehículo y su depreciación, esta también se ve afectada por la popularidad que tenga una marca y un modelo en cuestión. Esto significa que la depreciación puede ser algo subjetivo. Si un coche tiene una alta demanda porque resulta atractivo, no sufrirá tanta pérdida de valor y se podrá seguir vendiendo como un vehículo de segunda mano a un precio más elevado que el de aquellos con menos éxito.
Sin embargo, no hay una referencia ni garantías sobre cuál o cuáles serán los modelos que tardarán más en perder su valor, puesto que las preferencias de quienes conducen se modifican año tras año. Y aunque hay modelos que siempre se suelen mantener entre los favoritos, el orden puede cambiar porque pasa una moda, lo que implicará un repentino aumento de la depreciación, o porque se lanzan al mercado nuevos diseños más interesantes.
Estado y cuidado del coche
Otro de los factores que pueden repercutir en la depreciación de un coche es su mantenimiento y el estado de conservación. Que esté cuidado no te permitirá aumentar su precio de venta, pero sí que ayudará a evitar malvenderlo, si es que se consigue vender.
En su aspecto se incluyen los defectos de la pintura, que suelen aparecer por la exposición al sol o a la lluvia; los golpes y las abolladuras en la chapa, o las piezas que estén rotas o muy desgastadas. Como bien dice el dicho que la primera impresión es la que cuenta, la apariencia también es determinante.
Aquí también hay que sumar el tipo de conducción que se ha practicado. Por ejemplo, la conducción agresiva por carreteras que están mal pavimentadas o las maniobras bruscas repercuten en el estado de las piezas del coche y aceleran la depreciación. En tercer lugar, la ITV en regla permite frenar la pérdida de valor.
Kilometraje
No hay duda de que los vehículos tienen como finalidad servir como medio de transporte para poder desplazarse. Pero si no queremos que se devalúen en exceso en el mercado de segunda mano, el kilometraje realizado al año debe mantenerse entre los 12.000 y los 15.000 al año.
Por encima de esta cifra, los coches usados pierden mucho valor porque se está acelerando el desgaste de todas las piezas y, por tanto, su vida útil. En contrapartida, cuanto menor sea el kilometraje, en mayor medida se podrá evitar la devaluación del coche.
Tipo de motor
Hace algunos años, los motores diésel sufrieron un boom porque se consideraban más rentables a largo plazo y porque el gasoil tenía un precio inferior a la gasolina. Sin embargo, el panorama ha cambiado; su precio de venta se ha igualado prácticamente con los motores de gasolina y sus ventajas en cuanto al consumo son ya muy inferiores a las que ofrecen otras alternativas.
Además, hay que sumarle el hecho de las restricciones que se aplican a estos vehículos en algunas poblaciones, dado que con el paso de los años, su contaminación es incluso más elevada que los que utilizan la gasolina.
Color
Los colores llamativos pueden resultar curiosos cuando los vemos circulando por las carreteras, pero la cosa cambia si tenemos que comprarlos. Si quieres vender tu coche con facilidad, lo ideal es que hayas apostado por tonos neutros, como el blanco y el negro o el gris.
Para reducir el impacto de la depreciación de un vehículo, lo mejor es apostar por los coches de ocasión, dado que estos ya han visto reducido su valor por ella y no tendrás que pagarla, de ahí que se pueda acceder a coches prácticamente nuevos, pero por un precio inferior. Si quieres encontrar la mejor selección y con las condiciones más favorables del mercado, ¡consulta la que tenemos en Gougo!